Sunday, September 04, 2005

Love will tear us apart


C. vive enamorada. Ha conocido al hombre de su vida, y, lo mas importante, ese hombre de su vida, le retribuye el amor. El hombre de su vida es famoso. Muchas están enamoradas de él por sus papeles de galán en la tele y en películas; pero él está enamorado solo de ella, aunque las revistas lo muestren casado y con "otra".

Todo comenzó hace algunos años, cuando él tenía su primer exito televisivo. Ella estaba recuperandose de algunas dolencias vitales y sintió que el vínculo era mas fuerte que el de una simple relación admiradora-admirado. Cuando pudo, fue a esperarlo a la salida del estudio de grabación. Buscaba una respuesta que encontró. Cuando salió el auto, y las fans se avalanzaron a pedir autógrafos, él la miró a los ojos y ahí no necesitó mas para tener la certeza de que él la amaba también.

Pasaron los meses. La vida de él sigió en ascenso y la de C. en vaivén. De vez en cuando iba a esperarlo a la salida de los estudios. Averiguó la diección y fue a la casa. Ella sabía que él la miraba desde adentro (por una luz, por un bulto, por un movimiento). Claro, no podía salir a buscarla porque estaba la otra. La "oficial". Lo llamó un par de veces por teléfono, pero pronto no lo necesitó mas porque podían comunicarse mentalmente. Ella tenía largos dialogos mentales con él.

La certeza de ser amada pero no poder plasmar ese amor culpa de la "otra", la llevó a perder un poco la paciencia. Sus guardias frente a la casa de la estrella terminaron en amenazas, en denuncias qe hizo la "otra" a la policía ("el no quería hacer la denuncia, porque el está enamorado de mí, lo hizo por la otra"). El es débil, no puede cortar con la otra y correr hacia ella, su verdadero amor.

El juez indica la internación. Durante ella, se comporta en modos amables aun cuando se le escapa un detalle violento (tira agua caliente cerca del medico pero dice "uy, perdón"). Sale de permiso. Dice que lo del actor "ya está. Ya pasó". Al segundo día, se va de la casa y se para en la puerta de la morada del actor. "Yo sabía que estaba del otro lado". ¿Cómo sabías que era él y no otro si no podías ver?. "Era él seguro, porque me lo dijo después". Habla de dialogos mentales. Tiene mas certezas : "yo lo quiero ayudar el me dice que me necesita para dejar de tomar merca". ¿Cómo sabés que toma merca?. "Me doy cuenta cuando lo veo en la tele... yo sé de eso".

Y así pasan los años. Como dice McEwan en su novela, basada en esta patología, es un "amor perdurable".


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Lo más interesante de la erotomanía, tal el nombre de este tipo de delirios, es que uno puede reconocer que ha pasado por ese estado en algún momento de su vida. Muchos quizas pasemos por este mundo sin tener un anillo teletransmisor, pero seguramente habremos de caer en la certeza de que amamaos y nos aman mas de una vez en la vida. Lo interesante , decía, es lo absoluto de la certeza (valga la redundancia), y que se mantenga independientemente del tiempo y sus circunstancias. Como si el compact que reproduce la canción romantica quede trabado en un eterno loop repitiendo una y otra vez alguna frase de exaltación melosa.